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"La Generala" para el 2016

Publicado: 2011-05-21

Hace unos días, cuando el candidato Ollanta Humala y sus seguidores, realizaron una pantomima de juramentación en la Casona de San Marcos, teatralmente dispuesta, muy probablemente puesta en escena por algún dramaturgo humalista especializado en estas artes, para causar el mayor impacto emocional y dramático que exige la obra teatral, Humala, en el primer punto de su declarativa, dijo lo siguiente:

1. Proclamo que no me quedaré ni  un minuto más de los 5 años, que dura el período  presidencial.  Asumo el compromiso de no hacer ni intentar ningún  cambio constitucional que permita la reelección.

Respecto de esta declaración, en primer lugar ¿Es él alguna autoridad elegida para realizar algún tipo de juramento ante Dios, la Patria o ante el Pueblo peruano?

¿Desde cuándo un candidato a la Presidencia de la República tiene que jurar en alguna instancia que respetará el orden constitucional?

Nuestra Carta Magna, en su Capítulo lV, Artículo 112, dice lo siguiente:

“El mandato presidencial es de cinco años, no hay reelección inmediata. Transcurrido otro período constitucional como mínimo, el ex presidente puede volver a postular, sujeto a las mismas condiciones”

Por lo tanto todo ciudadano peruano, está obligado a respetar nuestra Constitución Política y más aún si se es un candidato a la máxima representación en el país, bajo pena de apercibimiento de ley y no por una declaratoria personal, que no tiene ningún efecto legal.

De esto se concluye:

1.- Desde el principio dicha declaratoria o juramentación, no es más que una pantomima montada y puesta en escena dramáticamente con el único fin de hacer campaña proselitista y sin ningún efecto jurídico, tan solo mediático.

2.-El verse obligado a declarar este primer compromiso, es debido a que el candidato Humala adolece de falta de credibilidad, pues ha cambiado su Plan de Gobierno hasta en 3 oportunidades, de acuerdo a como más le conviene para ganarse los votos del electorado.

3.-En el Plan de Gobierno del partido del candidato Ollanta Humala (el original), que fue presentado ante el Jurado Nacional de Elecciones, el cual se denomina “La Gran Transformación” “Plan de Gobierno 2011-2016”, en varios de sus Capítulos, hace referencia a cambiar la Constitución vigente como paso necesario para realizar “La Gran Transformación” que pregona el Plan de Gobierno.

Este es el quid del asunto. Si su Plan de Gobierno con el que pretende gobernar de salir elegido en el período 2011-2016 argumenta que es necesario cambiar la Constitución vigente, entonces ¿Por qué ahora niegan que vayan a intentar hacerlo?

Se trata de un cálculo político oportunista para ganar los votos de los indecisos y además dados los resultados de la conformación del Congreso de la República para este período, le resultará difícil realizar tal cambio constitucional.

Por otro lado, la falta de credibilidad del candidato Humala, su cercanía con Hugo Chávez y su proyecto del ALBA y el Plan de Gobierno de Humala cuya ejecución de “Gran Transformación” del País, requiere de varias reelecciones para llevarse a cabo, hace creíble que este candidato pretenda cambiar la constitución para rereelegirse por varios períodos como lo ha hecho Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia.

Sin embargo, el Pueblo, ya advertido de esta posibilidad, le cortó el paso no solo con los votos para el Congreso sino también con la intención de voto para esta segunda vuelta electoral.

Al verse imposibilitado en este período de hacer sus cambios constitucionales para rereelegirse, como buen oportunista que es, proclama que no se quedará ni un minuto más de los cinco años que dura el período presidencial y que asume el compromiso de no hacer ni intentar ningún cambio constitucional que permita la reelección. Es la “zorra” diciendo “están verdes las uvas”

Pero como buen oportunista que es, guarda un “as” bajo la manga: “Nadine Heredia”.

De salir electo en este período, él no se presentará a reeleción por que simplemente ya no podrá hacer los cambios constitucionales para ello; pero como para muchos, no es un secreto que quien le sopla sus discursos políticos, es su esposa Nadine y ella es la persona más influyente en el círculo político de Ollanta Humala, como lo fue la difunta esposa Augusta La Torre para Abimael Guzmán. Entonces ella es la sucesora natural de Ollanta para el 2016

Porque también para nadie es un secreto las limitaciones intelectuales del candidato Ollanta Humala, cuya vida sometida primeramente a la severidad de un padre autoritario con ideas mesiánicas de reivindicaciones étnicas y militaristas formaron un esquema de pensamiento rígido, de un nacionalismo autárquico llamado etnocacerismo. Luego enrolado en las filas del ejército peruano, sujeto a un escalafón que debe respetar jerarquías y órdenes sin murmuraciones y cumpliendo misiones operativas durante la lucha contra el terrorismo, no le han permitido desarrollar un academicismo intelectual, hecho que se refleja en sus alocuciones públicas, pues sigue hablando como si fuera un comandante.

“La Generala” como llaman a Nadine algunos del círculo cercano a Ollanta, es el “Poder detrás del trono”. A pesar de su apariencia inofensiva y hogareña, ella no solo tiene el título profesional en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima sino también una maestría en Sociología en la Pontificia Universidad Católica del Perú y un Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de París.

Realmente se ha gastado una fortuna en la educación de Nadine. Todas las universidades pitucas y carísimas ¿De donde pecata mía? ¿Con la pensión de Comandante de Ollanta que dice no cobrar? ¿Con fondos de Hugo Chávez?

Ya el camino político de Nadine se está preparando para el 2016  haciéndola aparecer no solo en los mítines de Ollanta sino dando discursos políticos en los mismos

De salir electo “el comandante Carlos” el 2011, tendremos a “la Generala Nadine” el 2016 y luego “el Comandante Carlos” el 2021 y luego “la Generala Nadine el 2026” y así sucesivamente…

Ya estamos advertidos.




Escrito por

giorgio

En esta segunda vuelta electoral, está en juego no solo la alternancia en el poder, paradigma de la democracia, sino también, la estabilidad económica, las tasas más altas de crecimiento del PBI en la región y en el mundo, el bienestar común que hacía mucho ti


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